18 ene 2011

Matar la poesía

Hace tiempo que no cojo mi guitarra.
He perdido el uso del acento.
Escucho ruidos opacos y sordos.
Y observo, cómo se enredan los hilos.

Hace tiempo que no escribo.
Intento componer el trazo como
quien carga un arma.
Y en modo automático
parece una ruleta rusa.

Tu amor, ha matado mi poesía.


Música: Cat Powell Maybe Not

11 comentarios:

  1. eso no puedo ser, Nómada. No puede. Me niego.

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  2. a lo mejor no era amor...

    (amé el símil del arma *.*)

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  3. A veces, un sentimiento tan fuerte -el que más seguramente- como el amor, no mata, pero sí puede apantallar nuestro mundo interior individual. Supongo que como la materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, nuestra poesía adelgaza para que la pareja crezca. Al final siempre el equilibrio, difícil, pero el equilibrio.

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  4. Reconozco ese sentimiento. Lleva razón Cefiro. Seguramente, la poesia sigue etando ahí, en alguún sitio.

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  5. Y está, yo aún la escucho latir. Y resuena como la música transportada por el viento.

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  6. Pienso que ni el amor ni el desamor matan la poesía, sólo que ambos son poemas distintos; poemas a la espera de que la palabra regrese de ese lugar en el que nunca estuvo (la palabra nunca parte, su queda agazapada en ese rincón que tanto se parece a tí).

    Un abrazo, Nómada.

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  7. A veces el amor mata la poesía escrita, o es que lo que mata es el tiempo y no lo tenemos para dedicarselo. ¿Quien sabe?

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  8. Si es por amor, me alegro. La poesía no muere, sólo se transforma.

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  9. Si duele como un cuchillo helado, si es amor.
    Saludos.

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  10. Resucitará, no te angusties, como en ese verso de muerte que no es de la poesía, sino la poesía misma.

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  11. Esta es mi opinión nómada. No sé quién sos, pero me mola tu trabajo.
    Grazie Mile. Te pego un poemita, es mi mejor manera de contestar.

    Redes Sociales 2. Deshojar la margarita.

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    Hace unos instantes. Hace aproximadamente un minuto…

    estaba pensando en ella, también en él,
    y honestamente quiero compartirlo.
    partirlo en diez mil pedazos,
    caminar relatando pájaros celestes,
    practicar una cesárea en una bocacalle
    y alumbrar de cascabeles esta
    infamia de las sietemil de la tarde,
    de esta ciudad cosida con S y con C de
    sonido de pato cojo, C de Hogar, H de
    horror ortográfico.
    Esta ciudad cualquiera tapada de típex
    y esquinas de bolis mordidos,
    y gatos con barba de 3 días,
    y aliento de jefes mal planchados,
    de belleza camión de la basura y saldos
    de color del arcoíris ligándose a los bancos
    de sólo una plaza.
    Ciudad que se corta la oreja para que la soledad
    le diga cerdadas cuando enero aprieta
    el cuello de los árboles.

    Comentar. Me gusta. Ya no me gusta.
    ¿A ti y a otras 3 personas realmente les gusta esto?
    Ver más. Leer más.

    Esto de repartir barajas que sellan la espera del invierno en los buzones, barajas que despegan sin remites en los omóplatos,
    carteros tosiendo los caminos, carteras vacías que no acaban de
    traer esa noticia que habla de amor y pared frita.

    Compartir y partir poemas como panes, hostias como peces tropicales,
    de creer que un milagro es posible 37 minutos después
    de practicar sexo con un escuadrón de hipocampos de goma.
    Coger el metro un instante antes de tener hipo en el abrigo,
    Follar el follaje que lleva una guiri en su falda,
    Ahorcarse con las alcantarillas y gritar ¡Vivan los Novios!
    en el velorio de un caballo.
    Fumar en cada espera sin que aparezca un solo autobús,
    pronunciar correctamente Massachusetts con enjuague bucal
    En los ojos.
    ¿Te sigue gustando?

    El engaño pinta en bastos y locutorio rima con la distancia
    del polen y las hojas.
    Aterrizar con la imaginación en esta ciudad cualquiera,
    volar con la rutina en este pueblo de rascacielos y cosquillas,
    meterle un termómetro a un sapo y simplemente decir: te quiero.
    No hay huevos. No te hagas el gallito. Gallina.
    ¿A quién le llamas gallina? Cobardía, nata,
    cuchara china, ciudad, bilis, farola, trombón de nube.

    Ya no te gusta.

    Pues sí, pues sí…

    PUESÍA.

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