Todo lo que queda en pie
cae encima de lo que viene después.
No es cuestión de invierno, ni de frío. Tampoco de piedras. Aunque la estructura es frágil, piel de sal y lluvia. Gira como una isla invisible o cinta de cassette con su click abrupto. Cada día, cada duda, cada cara.
Lazo sinusoidal de tiempo. Espacio en que me pierdo. Vacío. Nada.
dos primeros versos brutales!
ResponderEliminarNo es cuestión de invierno, ni de fríos como expresas con tus versos, tu poema, la carne sufriente de los latigazos del "lazo sinusoidal del tiempo", violento e inexorable. Placer pasar por aquí. Besos.
ResponderEliminardas señales de vida, qué bien
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