No es la monotonía de los días. Ni su atónito deslizar intermitente, despacio, deprisa.
Como un cursor o un indicador de giro. Ausente - Punto - Ausente.
No es este laberinto en que me encuentro buscándome a mí misma.
Pero si dejo este silencio proseguir, se convertirá en hielo.
Si lo dejo proseguir, terminaré por no decir nada.
Y cada vez que no escribo, se hará más grande.
Pero no sé por qué no escribo.
No sé por qué este verano se ha deshecho en otoño de hojas sin palabras.
Pienso que quizás es este nuevo mecanismo de tenerte en casa.
Quizás para escribir hacia adentro necesito no ser feliz.
A veces escribir es un acto vital para mí. Pero sobre todo es la única manera que tengo de encontrar la libertad :).
ResponderEliminarMe alegro que vuelvas a escribir, Nómada. Hay pocas islas donde perderse ya.
Un saludo.
siempre me gusta venir aquí, mucho más que a otros sitios. eres casi la primera que encontré o la primera que me encontró a mí.
ResponderEliminarescribe. escribe para no callarte. yo me pasé callada cinco años.
R. Barthes decía que sólo la falta (y los sentimientos asociados a ella) son los que pueden escribirse porque las palabras intentan llenar un vacío. La felicidad, al ser la plenitud, no puede contarse y no necesita de las palabras para ser completa.
ResponderEliminarYo le creo porque me pasa y le creo porque te leo.
El por qué, me parece, interesa poco:compulsión, vanidad, desahogo...quién sabe. El qué, el dar esa escritura que provoca un placer inesperado y anónimo, éso vale la pena. Besos, un placer volver a leerte.
ResponderEliminarSi para escribir hay que ser infeliz, vivan las faltas de ortografía.
ResponderEliminarSonrío.
Un abrazo de vuelta
Cuando el corazón cambia de sitio hay que cambiar de mano para seguir escribiendo. Un abrazo.
ResponderEliminarYo, hoy día 19, también escribo.. la palabra felicidades.
ResponderEliminarBesos.
Raúl
El alma difusa.
"Pero si dejo este silencio proseguir se convertirá en hielo". Yo no lo habría expresado mejor. Silencio, hielo. Conozco la sensación, porque soy una 'víctima' más (lo de víctima es un decir).
ResponderEliminarAh, pero qué machacón resulta eso de que para escribir hay que ser infeliz. Me creo más lo de que se escribe para cubrir un vacío, o superar un abismo -o explorarlo-, lo que, de acuerdo, sí, ya pone en evidencia que el que escribe no se halla en paz del todo consigo mismo y menos con el mundo (¿quién puede?). Sin embargo, no soy tan amigo de creer que la infelicidad sea el ingrediente necesario para la creatividad (pese a que sea una referencia discutible, Stephen King afirmaba en su novela Misery que sentirse desdichado no era el mejor estado para escribir, que más bien era un obstáculo). Sí soy más partidario de concebir la escritura como un arma contra la insatisfacción, y la insatisfacción no tiene por qué venir siempre de la mano de la infelicidad. Si no se quiere llamar insatisfacción, también se la puede llamar hambre. Un hambre de desafiar al mundo. La voluntad de exponerse a ese mundo, de desnudar el alma, la conciencia, llámese como se quiera.
Qué demonios, se puede escribir desde la felicidad. Al menos, desde cierta felicidad. Pero nos hemos malacostumbrado a asociar la escritura a lo tortuoso y a lo doloroso, que ya casi no somos capaces de verlo desde otra perspectiva.
Te deja un abrazo uno al que le afecta el hielo-silencio. Desde un laberinto que sigue yendo un poco a la deriva. (Antes Errante.)
Escribir, es posible escribir en cualquier caso. La diferencia radica en escribir hacia adentro o hacia afuera.
ResponderEliminarY yo generalmente escribo hacia adentro...
Saludos Errante... hace tiempo que te debo una visita.
Sonrío. Por recurrir a una metáfora más bien chusca, se podría decir que "los colores impiden ver, oler, tocar, saborear, escuchar el paisaje interno". Esos "colores" pueden ser muchas cosas. Si escribir hacia dentro, implica sumergirse en los abismos que uno puede encerrar en sí, reconozco que no siempre es fácil hacerlo. Que quizá sólo se puede escribir así bajo unas determinadas condiciones. Se les ponga el nombre que se les quiera poner.
ResponderEliminarTe dejo otro saludo, Nómada. Yo sí que te debía unas pocas, muchas, visitas. Y me gusta haberme acercado hoy a tu escritura. Hacía tiempo, sí...
permiso..
ResponderEliminarrecién llegué. miré aleatoriamente por allí. leí. me gusta tropezarme así con las lindas dinámicas del compartirse.
como recién llegué y anduve leyendo hacia atrás, linkeo directamente de aquí a donde escribiste 'matar a la poesía'.
las transformaciones de energías, de los adentros y los afueras.
ah, cuan lindo. lo nuevo.
(muy preciso tu: Pienso que quizás es este nuevo mecanismo de tenerte en casa.)
y a mano siempre el lápiz! confiando también en la poesía feliz.
(río. todo esto no es más que convencimientos propios por pensamientos similares)
ni idea cómo llegué hasta aquí, pero me trazaré el camino para volver cada tanto..
un abrazo, desde un sur