10 may 2012

Ella o yo.

La silueta se materializó caminando sobre la nada en el espejo. Tan deprisa que no alcancé a ver mis ojos ni a saber de qué lado me encontraba. Tijeras. Ella o yo. Ella y yo. Alternativamente aquí o en el reflejo. Alguna de las dos se apuñaló los hombros. Tijeras de coser ligeramente abiertas. Ella o yo. Ella y yo. Una de las dos se desvaneció - la otra acecha.

4 comentarios:

  1. Muy bueno, exquisita dualidad. Besos.

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  2. Es un relato excelente, H. Muy beno, sí.

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  3. En cierta forma, vivimos apuñalados por nosotros mismos, por un complejo de culpabilidad que nos pincha cada vez que intentamos algo diferente de lo habitual.


    Una pesadilla de lo más real.

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