los vientos que han de llevarte.
Mañana,
apenas la luz disuelva la noche,
cuando no esté contigo.
Vuelen alto en tus alas,
clamoroso silencio,
mañana,
y sean tu abrigo.
Cuando alce mi mano
tan lejos del cielo,
vuelen alto los vientos
hasta ti, mis latidos.
Las palabras tienen pulso y en el se reflejan sus latidos. Auscultar las tuyas hace que la tarde se configure sin aristas.
ResponderEliminarLa menta y yo te enviamos un beso, Nómada.