7 jun 2010

La línea recta

Caminaba por una línea recta. Un pie después del otro. No sabía vacilar; si acaso, andaba más despacio.
Detestaba la laxitud del dicho al hecho, pero exigía lo mismo que entregaba. Tampoco creía en el contorsionismo; uno no adapta la idea en función del público.

En realidad, sabía que el hombre está solo sin importar la presencia o ausencia de gente, y había decidido ser capaz de sacarse de cualquier abismo. Comprendía que la red puede sostenerte sólo en la medida de la propia voluntad de sostenerse y aún así no contaba con ello.

Se había reconstruído desde cero, y no había nada que pudiera mover aquellas piedras.

8 comentarios:

  1. me ha gustado, sisi.

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  2. Hola: navegando por aquí encallé en tu blog y me ha gustado. Me gusta el estilo enérgico de tus textos. Volveré. Saludos.

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  3. Algunos dicen que la línea recta es una utopía. Que sólo existe la curva. Pero son los menos.

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  4. lo que me hacía falta.. ponerle nombre a esa actitud .. gracias !

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  5. A mi me encantan las líneas rectas, sencillamente perfectas o impudicamente imperfectas, sin forma. Ando en equilibro sobre una de ellas, me caigo y subo otra vez, porque eso es lo que tienen las líneas rectas, que son infinitas.

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  6. Las líneas rectas se trazan en las reconstrucciones, como tú dices. Antes o después, algo se quiebra.

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