Hoy no creo en mañana y está escrito. Al monstruo sólo hay que cortarle la cabeza. Todo se convierte en piedra, que empuja o catapulta al fondo del río. Al héroe también.Y es lo que no digo o lo que callo, una maraña de espuelas. Un desbocado silencio al galope en mi almohada.
Átale las alas al dragón. Sájale los ojos. Duda que no ve, corazón que no miente. Que yo no sé ser tú aunque quisiera. Hay corazones que laten deprisa y sangran despacio. Y aún no creyendo quiero jugarmela toda, de cuerda o ruedo. Contra la racional respuesta matemática. Contra el túnel. Contra las cuerdas. Hasta la última gota. A ciegas.
En un desquiciado ejercicio de esperanza.
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