Para ser leído con November de Max Richter.
Creo que soy un honesto ser humano, punto. Creo que soy un íntegro ser humano, punto.
Y creo, que me estoy volviendo ateo. A cada minuto, punto. A cada segundo, punto. En cada desencuentro. Por cada noticia que leo, por cada por cada aliento que no percibo, por cada hachazo invisible que cercena un trozo de mi vida, punto. Porque tengo treinta años. Treinta años y raices con alas en los pies ligeros.
Me voy a excomulgar de la integridad y la lógica. Y ya que estamos, me voy a extirpar el amor, punto. Me voy a extirpar el amor, entre otras cosas. Porque tienes treinta años, punto. Treinta años, sin permiso de quedarte si no computo mi entrada en la estadística. O si alguien. Si alguien deja de dar tijeretazos a los hilos que nos mueven como absurdas marionetas.
Quiero que alguien haga un documental sobre mis treinta, punto. Sobre tus treinta. Sobre un gobierno que nos va a abrir una úlcera, punto, de tanto tropezar con la misma piedra. Sobre un sueldo que llega con meses de retraso mientras reparten ipads y iphones entre aplausos. Sobre cómo demolir la ciencia apilando ladrillos. Quiero que alguien mire, punto. Que alguien mire en sus casas. En sus bolsillos. En sus adentros y rescate a su honesto ser humano. Y lo vomite.
Me estoy volviendo ateo.
Ateo, punto.
habías vuelto y yo sin enterarme...
ResponderEliminarYo me volví del todo. Hace rato. Pero por eso no reniego del amor. el que surge de una cama sudada. El que cura la pata herida del perro. De lo demás que se ocupen los creyentes y carguen con sus creencias. Por ateos, estamos condenados al exterminio y a la continua reproducción; pesa la maldición de Prometeo sobre nuestras cabezas y nuestras tripas. Es la condena de no sentir miedo de existir. Punto. Bella conjunción con tu sugerencia, inspiradora. Punto. Besos.
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