1 dic 2012
Tornado
No sé en dónde anda tu corazón mexicano,
los vinilos dan vueltas sin llegar a otra parte.
Arráncame las vías de esta noche triste,
diría si aún pudiera, así de pronto, encontrarte.
Las razones vencidas son desnudos sarmientos,
de un otoño que avanza lentamente al desguace.
Sólo quedan del fruto el fantasma y el eco,
entre cuatro paredes, rehusando olvidarte.
Descerrájame ahora, amor, alto y claro,
pero acaba el silencio que en desierto se erige.
Arráncame las vías de este rumbo aciago.
Mi recuerdo se mece en tu nana huichola.
En un duelo constante por los días felices,
este golpe de viento, se ha vuelto tornado.
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Me cuesta reconocerte en un soneto. Aunque la culpa es mía si no te sigo a menudo. Pero aún te asocio a métricas más inestables. No ocurre lo mismo con el hálito de búsqueda y la sed de recuerdos, que parece constante en ti. Me alegra saber que sigues escribiendo desde lo más hondo.
ResponderEliminarSalió soneto. Yo no quise, pero salió... hay veces que uno no puede hacer nada contra la métrica...
EliminarUhm... que bien suena reencontrarte, y aunque sea en un tornado soneto... las huellas de tus letras aparecen más firmes en el camino. Saludos
ResponderEliminarGracias! Lo mismo digo!
EliminarComparto con Pedro esa alegría de saber que sigues braceando en ese caudaloso río sin orillas; ese hermoso bracear "desde lo más hondo".
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