Yo no sé qué me queda
en este otoño.
Un viaje donde no estás tú,
un nuevo primer día de escuela.
Un ir goteando y las paredes,
frías.
El sonido translúcido
del agua en los vasos y
unas pocas piedras traídas de la playa.
Yo no sé qué me queda
en este otoño,
que no sea el negativo
de tu ausencia.
El mar más caliente
de la playa que añoras.
Parece que todo pasa por ti.
Ni el llevarme ni el traerme
de este lado al otro,
riendo casualmente en
modo autómata.
Ni el mapa huído
de mi geografía indómita en
un último girón que aferro, como
si me fuera la vida.
el otoño ha llegado con las dosis habituales de melancolia...
ResponderEliminarAsí que el verano se lo ha llevado todo...
ResponderEliminarQuedas tu!
ResponderEliminarCurioso, el otoño inspira muchas cosas..
Un abrazo!
Bella tristeza, una melancolía que nos hace parecer que sufrir vale la pena, pero haber vivido sí que lo vale. Esos últimos versos me parecen de antología. Besos.
ResponderEliminarYo la siento también, la ausencia, pero confío en que un día se irá y nos dejará ver las cosas pasando por nosotras. Tal vez el otoño que viene vuelva a ser el otoño que era y te gustaba de antes de la ausencia y de antes de todo, el otoño primigenio.
ResponderEliminarDeberíamos formar un grupo en apoyo al otoño. Joder. Qué vilipendiado ha sido por los poetas.
ResponderEliminarel otoño podría ser fácil
ResponderEliminarDespués del otoño, sólo quedará lo verdadero.
ResponderEliminarSiempre quedarás tú.
ResponderEliminarEl otoño no es el final.
ResponderEliminarEs un principio. Puede ser.
Es la continuación que sigue al punto aparte del verano.
El fin del que nace una nueva historia. La semilla. El borrador en el que se va gestando el nuevo relato.
Pero ya ves, sólo tengo estas tristes palabras. El otoño te torturará recordándote el verano. Pero no olvides que no es el fin.
Maravilloso.
ResponderEliminarMe cautivaste.
Me quedo.