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17 ago 2009

Antes de que se escape


Quiero captar este momento antes de que se escape. Por eso te estoy escribiendo. Por eso mientras garabateo estas líneas te estoy mirando a los ojos.

3 ago 2009

[Ojos] negros

Estaba leyendo un libro. Alto, rubio. De pie, a su lado, no notó siquiera mi presencia. El chico moreno frente a mi, sin embargo, no dejó de mirarme. En el vagón de la línea 10 los demás parecían ajenos a cualquier cosa.

Llevaba la seducción escrita en los ojos. Me había observado caminar a lo largo del andén y algo como la duda o la incredulidad había asomado a sus pupilas cuando me senté en el banco, a su izquierda, observando las imágenes de violencia absurda de las noticias del metro. Parecía hecho de otra cosa que no fueran partículas ni tierra, como un eco de algo entre aquí y alguna otra parte. Todo él clamaba "frágil" desde sus retinas. La suya era una mirada líquida de lienzo profundo. Vulnerabilidad en negro, como la ingenuidad de un niño levemente contrariado.

Me observaba, intermitentemente, buscándome y perdiéndome de forma alterna. Las estaciones se sucedían de esta manera, una detrás de otra. A sus espaldas, sobre el torso desnudo de un cartel publicitario la palabra "vanidad" me hizo sonreir unos instantes. ¿Vanidad? El chico se giró para alcanzar el punto donde leían mis ojos, como intentando encontrar la ironía que asomaba a mis labios.

Poco después, las puertas se abrieron. En los últimos segundos, mientras me marchaba, sentí su vista recorrer mi trayectoria. Me giré justo en el momento en el que salí al andén. Fue entonces cuando me dí cuenta de lo que había estado leyendo en sus ojos. Anhelo.

En un gesto final me encogí de hombros. Demasiado tarde para un trayecto tan corto.