3 ago 2009

[Ojos] negros

Estaba leyendo un libro. Alto, rubio. De pie, a su lado, no notó siquiera mi presencia. El chico moreno frente a mi, sin embargo, no dejó de mirarme. En el vagón de la línea 10 los demás parecían ajenos a cualquier cosa.

Llevaba la seducción escrita en los ojos. Me había observado caminar a lo largo del andén y algo como la duda o la incredulidad había asomado a sus pupilas cuando me senté en el banco, a su izquierda, observando las imágenes de violencia absurda de las noticias del metro. Parecía hecho de otra cosa que no fueran partículas ni tierra, como un eco de algo entre aquí y alguna otra parte. Todo él clamaba "frágil" desde sus retinas. La suya era una mirada líquida de lienzo profundo. Vulnerabilidad en negro, como la ingenuidad de un niño levemente contrariado.

Me observaba, intermitentemente, buscándome y perdiéndome de forma alterna. Las estaciones se sucedían de esta manera, una detrás de otra. A sus espaldas, sobre el torso desnudo de un cartel publicitario la palabra "vanidad" me hizo sonreir unos instantes. ¿Vanidad? El chico se giró para alcanzar el punto donde leían mis ojos, como intentando encontrar la ironía que asomaba a mis labios.

Poco después, las puertas se abrieron. En los últimos segundos, mientras me marchaba, sentí su vista recorrer mi trayectoria. Me giré justo en el momento en el que salí al andén. Fue entonces cuando me dí cuenta de lo que había estado leyendo en sus ojos. Anhelo.

En un gesto final me encogí de hombros. Demasiado tarde para un trayecto tan corto.

2 comentarios:

  1. Siempre se podía haber tirado de la anilla de emergencias. Siempre se podría haber luchado por ver esos ojos de cerca. Siempre se podría haber cambiado la palabra Anhelo por Hallazgo. Muy irreflexivo todo, sí. Pero ahora sólo te queda recorrer la línea 10 en busca de fortuna...

    Un abrazo

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  2. Miradas tímidas, miradas ¿cobardes?, miradas cálidas, miradas que apuntan como el negro cañón de una pistola, miradas silenciosas preñadas de elocuencia, miradas que anhelan y encierran todo el significado.

    Conozco este 'juego': mis ojos han jugado a él en muchas ocasiones. Y me sigo preguntando si se puede conquistar a través de una mirada. Quizás el trayecto es demasiado corto...

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