8 may 2010
Ausencias.
A veces pienso que mi cuerpo constituye el ejemplo perfecto de la anatomía de una ausencia.
Y sí, es una frase larga, como una sombra al declinar la tarde. Es como la [hache] de mi nombre que está ahí sin pronunciarse sobre acontecimiento alguno.
Siento que me defino por el [hueco] que dejo en todos los lugares en los que no estoy.
No se trata de un asunto narcisista; seguramente el hueco será muy pequeño en algunas partes, tanto que ni siquiera se hará notar: Me queda claro que nadie es imprescindible.
La vida sigue con o sin uno. El ser humano es flexible, adaptable. Desarrolla nuevas rutinas para circunvalar el espacio vacío de la ausencia, hasta que a fuerza de crear otro camino, se le apaga poco a poco el por qué.
La omisión, el hueco, duele menos. Y de pronto un buen día cicatriza y no nos damos cuenta - tan lejos de reconocer aquel dolor como algo más allá de un leve escozor deslocalizado.
Imagino mi no-presencia en mi habitación de Madrid. La huella invisible entre los turistas japoneses de Florencia. El escritorio vacío de la Ciudad de México. Los surcos borrados de mis pies en la arena de playa.
Todos los huecos resuenan en mi mente y pienso que hoy me definen mucho más todas las ausencias que el estar aquí.
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Silencios, ausencias……
ResponderEliminarAñoranza y nostalgia de muchos recuerdos
¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
Realmente es así. Si los silencios hablan, también los huecos son apreciables y se rodean, o se esquivan. Hablan. Son voces que resuenan cuando menos te lo esperas, como ecos muy lejanos.
ResponderEliminarEl hombre esta hecho de ausencias y en ellas se reconoce, sus propias ausencias y las de los demás.
ResponderEliminarUn abrazo
qué bueno!!
ResponderEliminarTe definen todos los [h]uecos porque son los rastros {da-igual-las-dimensiones-de-esos-huecos} de Tu historia personal. Son los hitos que has levantado en el camino, las migas de pan que ya sólo te llevarán hacia atrás en el espacio de la memoria.
ResponderEliminarAusencias de H. La H que no suena al pronunciarse, pero que está ahí. Estás. Porque estuviste.