Cuando de tu boca vienen a llamarme
todas las palabras que te escribo,
y se rebelan mis mareas en tu nombre
Cuando gritan tan alto que el silencio
arranca acantilados y desvelos,
y arde sin rumbo la noche que respiro
Cuando a la deriva e insomne
me asaltan tus sueños clandestinos,
y me enredo, me pliego y me desarmo
Tengo la certeza entonces,
de que te llevo conmigo.
y se rebelan mis mareas en tu nombre... me encanta, es muy gráfico!
ResponderEliminarFabuloso alegato, felicidades.
ResponderEliminar{En confidencia: si alguien alguna vez dudara de tu forma de escribir, yo le enseñaría este POEMA -sí, así, mayúsculo-. Si no le convence, le enviaría a tomar viento...}
ResponderEliminarLlevar a ese otro -o esa otra, según el caso, la persona, qué más da-... puede ser la carga más feliz. Puede ser la obsesión más gozosa. Puede ser el combustible que mueve tu motor. Puede ser el norte que le falta a tu brújula.
Puede ser tantas cosas... ¿E importará lo que sea?
{Insisto: me gusta este POEMA.}
Precioso poema. Para llevarlo conmigo.
ResponderEliminarQué bonito!
ResponderEliminarB. Silvestre
Me ha encantado. Espero que él/ella te lleve a tí consigo.
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