No hay entrelíneas; la luz ciega, sin más.
Sin necesidad de glosario o escultura de términos.
A veces las cosas son sólo blancas, o negras,
y la sucesión de hechos lineal no hace piruetas
ni laberintos.
Hoy sólo digo: Conciso.
Y a quién le duela esta falta de etérea melancolía
le mostraré mi piedra angular.
Mis pies sobre la tierra.
Bravo! Hay que tener cojones.
ResponderEliminarJoder tía, qué buena eres!
ResponderEliminarConcisa, sí, pero también se te nota como cabreada.
ResponderEliminarPuede que tenga razón Raúl: que se te note algo cabreada.
ResponderEliminarO puede que sea un efecto del balanceo de tu piedra angular (¿tus pies sobre la tierra?).
Y es que no siempre se puede ser etérea, no siempre se puede ser melancólica.
No siempre el camino se vuelve laberinto. Aunque es posible que todo sea una puñetera espiral. Blanca o negra.
Me uno a la concisión. En este instante.
Siempre me han encantado la líneas rectas que dicen que es el camino más corto entre dos puntos, pero otra ley quasimatemática dice que el camino más corto entre dos puntos, siempre está en obras. Que complicados somos y cuanto complicamos las situaciones.
ResponderEliminarMantengamos los pies en tierra pues.
Los pies sobre la tierra; o si se prefiere, la tierra bajo los pies. Me gusta y comparto tu precisa concisión. Un beso.
ResponderEliminarDe acuerdo. Hay momentos en que no cabe el gris.
ResponderEliminarLos ojos entreabiertos son para el sueño de los gatos. Los humanos somos más sencillos, más tangibles.
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