16 feb 2010

¡Habla!

No puedo hacerme morir a trozos. No sé tirar la toalla. No puedo extirparme algo que no encuentro. Nadie me ha enseñado a rendirme. Mentalmente golpeo la piedra como un miguel-ángel cualquiera. Y calla.

Qué maldito silencio.

El caso es que te amo. Con toda la fiereza con la que se combate a Dios. Debe de ser eso, me digo, la sonrisa más triste. Esperanza amarga como herida que retumba en los momentos de niebla: Una mentira que emponzoña el corazón.

Desbocadamente.

¡Habla!

1 comentario:

  1. Si pusieras tus textos dispuestos en estrofas, no perderían un ápice de fuerza. A veces me suenan a poesía,... de la que apenas entiendo.

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